29.04.2014 por
Foto por Julio Albarrán (cc)
Este texto fue escrito, leído y grabado por Zoë Irvine y usado en su actuación durante el 16 Festival ZEMOS98. En él explica cómo inició Magnetic Migration Music y su naturaleza.
Magnetic Migration Music es un proyecto que empecé en 1998. Había visto un trozo de cinta de audio, fuera de su carcasa de casete rota, y enredada en las ramas de un árbol delante de mi ventana. Finalmente la curiosidad me hizo trepar al árbol a cogerla, limpiarla un poco, re-enrollarla en el casete, y escuchar lo que contenía. Era un fragmento, muy corto y machacado del tema Tutti-Frutti de Little Richard. Me pareció algo mágico.
Más o menos por la misma época, vi imágenes en las noticias de cómo en Afganistán los Talibanes imponían su prohibición sobre la música, quemando instrumentos, destruyendo radios y destripando cintas de cassette. Había un plano de una calle arbolada de Kabul en la que los árboles estaban completamente cubiertos de cintas deshilachadas de cassette, que habían sido arrojadas desde coches al pasar. Supongo que me hizo pensar en el proyecto Magnetic Migration Music de un modo romántico y poético. Quizás algún día encontraría alguno de esos trozos de cinta, llevado por el viento, maltrecho pero aún escuchable, quizás esa música pudiera viajar a donde la gente no podía.
A lo largo de los últimos 14 años, he recuperado y reenrollado toda cinta que encontrase, y también mucha gente me ha enviado cintas o fragmentos. En 2002 viajé a la zona de Sangatte/Calais en el norte de Francia, donde la Cruz Roja tenía un campamento enorme para alojar a los miles de exiliados y emigrantes que llegaban a diario intentando cruzar al Reino Unido en busca de asilo y una vida mejor. Acudí allí al ser ésta la frontera tangible más cercana a mí, con la esperanza de encontrar cintas y de oír las historias de la gente de primera mano. Era una idea increíblemente ingenua, pero tuve mucha suerte y durante el tiempo que pasé allí encontré 17 fragmentos de cinta, algunas de las cuales las pincharé esta noche. También reproduciré algunos fragmentos de conversaciones grabadas allí y en otros lugares, sobre la música que encontré, cómo llegó hasta allí y los viajes implicados.
Hoy en día ya no es tan fácil encontrar cinta, pero de vez en cuando doy con algo y lo añado a mi colección. He encontrado grabaciones caseras, cintas de idiomas, muchas grabaciones religiosas de cualquier tipo, innumerables fragmentos de música pop, cintas de relajación y para la hipnosis; me he encontrado cintas en casi perfecto estado y cintas a las que casi no les queda contenido magnético. Todas tienen sus cualidades.
Tengo cientos de cintas, nombradas según el lugar y el momento en que las encontré, pero en realidad no son un archivo, como tampoco yo soy un archivista. Pienso en estas cintas como una manera diferente de escuchar nuestro cambiante paisaje cultural, la gente que somos. Las cintas forman una cacofonía centrífuga incontrolable, y en cualquier momento pueden descarrilar, romperse y volverse inaudibles. No hay aquí nada fijo ni preservado.
Esta noche buscaré, probaré y pincharé una selección de ellas, y después os puedo contar los lugares y las fechas en las que se encontraron estos sonidos.