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La pradera suena a ritmos migrantes

28.04.2014 por Juanlu Matilla, Olga Beca

Fotos de Julio Albarrán (cc)

Dieciséis ediciones de ZEMOS98 dan para mucho, sin embargo, puede que la programación de 2014, haya sido la más inclusiva de las propuestas por los creadores del Copylove, hasta la fecha. Una propuesta articulada para debatir sobre las migraciones, con una perspectiva europea; sin la que no habría sido posible llevar a cabo el festival, y el hecho de haber sabido articular un apoyo institucional escaso, para llevar, una vez más, ante el público sevillano una programación que viene a descubrirnos nuevos marcos de visión, acción y análisis. Música en la pradera, la propuesta que el festival lanzaba al público para la jornada del sábado 12 y que clausuró esta edición, supuso la unión de muchos elementos presentes en la trayectoria de ZEMOS98: los cuidados, la remezcla, lo colectivo, los migrantes, el procomún, los feminismos, la crianza,.. en definitiva, una nueva forma de remapear Europa.

La jornada prometía buen ambiente, comida y música. La cita, a partir de las 14:00h. en el Monasterio de la Cartuja, en la explanada de Puerta de Tierra, justo al lado de la sede de la UNIA venía acompañada de paella valenciana, zumos naturales, piñatas y música en directo.

Un emplazamiento perfecto que acogía a mayores y pequeños, casi bucólico, con una explanada de césped que invitaba a los más pequeños a correr, mientras los mayores observaban su derroche de energía desde cualquier punto de la pradera. El sonido, acertado para el espacio, traía aires de remezcla, como no podía ser de otro modo, aunque esta vez el aire venía de más lejos, de lugares insospechados como demostraría Antropoloops, cuyo concierto sirvió de cierre final para el festival, precedido por la sesión de Frankie Pizá y el hip hop de Tercer hombre.

El tiempo hizo gala de primavera incipiente con un nublado que facilitó la comodidad en la pradera durante las horas de calor. La paella, preparada por Haypaella / Tramallol; y los alimentos ofrecidos por el Catering del Monasterio, se sumaron a las propuestas de Leña al Mono o Desmontando a Pili. Una pequeña selección de stands que hicieron el gusto de mayores y pequeños. Mientras Leña al Mono ofrecía jugos naturales, café y su bonita selección de piñatas; la propuesta de Desmontando a Pili partía del feminismo y la naturalización del sexo, con una selección de juguetes sexuales y complementos para los mayores.

Las actuaciones musicales estaban llamadas a arrancar a partir de las 16:30h. con el grupo de rap hispano-marroquí Tercer Hombre (Murasel y Fono Scout), galardonados en 2013 con el premio Andalucía sobre Migraciones, con su primera mixtape Invictus , pusieron la nota social y política mezclando unas bases, que bebían del old school, con la artillería de unas letras que nos hablan de conceptos hardcore favela y que intercalan el español con el árabe. Un acercamiento más de contenido que sonoro a los ámbitos que este año trataba el festival. Un público tímido, pero entregado a Mohamed Achgaf y Rafael Fonollá, que a pesar de encontrarse ante un mar de carritos y niños supieron estar a la altura y ofrecer un concierto entretenido y emocionante con la colaboración transfronteriza como fondo y forma. “Por un puñado de dólares” o “La mafia de bladi”, son algunos de los temas incluidos en Invictus con colaboraciones como Luzzy Jay, Nsn. Canciones disponibles en descarga libre.

Frankie Pizá venía a poner la nota multicultural con una visión de la remezcla en la que las fronteras se diluyen hasta desaparecer. Un combo de estilos musicales en el que los acentos, las procedencias o los contenidos quedan supeditados al ritmo global. No queremos con esto indicar que Frankie Pizá sea un icono del mal llamada world music, sino más bien, un músico, productor y periodista sin complejos que es capaz de mezclar en su coctelera ritmos tan dispares como Kuduro, Zouk, Tarraxo, SA House o Changa Tuki sin dejar de lado algunos toques flamencos; o ritmos más asociados a la pista de baile, y por tanto urbanitas, como el electro o el house en un viaje sonoro en el que la remezcla toma sentido desde la perspectiva de la ruptura de fronteras.

Una sesión inspiradora y luminosa, de la mano del creador del proyecto musical Concepto Radio, en la que grandes y pequeños disfrutaron de su capacidad para trabajar sobre samplers y recorrer el ADN musical del continente africano. Describir su música casi nos supondría echar mano de todos los tags disponibles y aun así nos quedamos cortos para realizar una descripción coherente de Frankie Pizá. Salta tanto a la vista, como al oído, la sensación de encontrarnos ante un habitante del planeta que está atento a cualquier sonido que pueda despertar su interés, independientemente de su procedencia y acento. Una sesión que supo adaptarse al flow de la tarde y al ambiente desenfadado y tranquilo que reinaba en la pradera.

Tanto es así, que una sorpresa esperaba a los más pequeños al final de la sesión de Frankie Pizá. Leña al Mono, un proyecto de Juanlu, Raquel y Ellavled que utiliza el reciclaje para construir piñatas por encargo, puso a disposición de grandes y mayores un gran logo de ZEMOS98 construido con cartones, cinta, periódicos y cartulinas. Un momento muy divertido, sobre todo para los niños, que disfrutaron tanto golpeando la piñata como recogiendo los caramelos que iba soltando con cada acertado golpe.

A medida que iba cayendo la tarde, el público aumentó considerablemente, llegando casi a llenar la zona que la UNIA facilitó para la celebración de Música en la pradera. Dos monitores en negro habían acompañado durante toda la tarde la ambientación musical y rozando las 19:00h. llegó el momento de darles uso. Antropoloops, proyecto de Rubén Alonso (Las Buenas Noches) en colaboración con Esperanza Moreno (encargada de la parte gráfica y la programación) nos presentaba una propuesta curiosa con la remezcla como protagonista. Una selección de canciones, incluidas en discos que hace décadas fueron descatalogados, y recopiladas a través de blogs y comunidades de coleccionistas en la red, que al sonar al mismo tiempo generan una canción nueva y diferente. Los samplers lanzados por Antropoloops venían acompañados por la imagen de un mapamundi que iluminaba el país de referencia de cada corte y sumaba al gráfico la portada de cada uno de los discos utilizados para construir canciones como “Sacromonte Getting Fuzzy” o “Tunings for my brother” ofreciendo una visión global de la remezcla realizada en directo. Cantos chilenos que cuadran con el flamenco del sacromonte o cortes grabados por Alan Lomax en la América profunda sonando al mismo tiempo que el folklore esquimal o un país africano, que dan como resultado un colchón de sonidos formado por capas que parecieron estar siempre ahí.

El resultado de hasta ocho loops sonando al mismo tiempo, nos ofrecía ritmos muy bailables y la capacidad de Antropoloops para adaptar la creación en directo a la respuesta del público, gracias, no ya a la aplicación de un patrón de cortes, si no a la interacción en directo tratando cada sección como un instrumento que ha viajado desde lugares lejanos para remezclarse y convertirse en algo diferente. Todo un acierto la parte gráfica realizada por Esperanza Moreno, ya que la información geográfica, así como las portadas de los discos o el año, aportan al proyecto honestidad y acceso a los contenidos originales invitando al espectador a descubrir un nuevo mundo de sonidos, accesibles a través de un clic. Un broche de oro a una edición del festival ZEMOS98 en la que los migrantes han sido los protagonistas.

Detente Judas Dance from antropoloops on Vimeo.

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